martes, 26 de abril de 2011


Doctrinas en la campaña electoral
Conforme a la encuesta publicada en los medios de comunicación, domingo 24 de abril del presente año, el Humalismo tiene en el sector A 20% y Keiko 40%. El contraste es notorio.
Sabiendo que dicho sector tiene influencia en los diversos campos de la comunicación y en los diversos estratos de la sociedad, necesario la superación de dicho problema. Un poco más o la disminución de anti votos en dicho sector, no es triunfo, es riesgo, y de ello, la historia de las campañas electorales nos enseña lecciones, los favoritos fueron superados por lo no favoritos, reiteradamente. La campaña electoral de Keiko, es ejemplo, en la que tienen experiencia de superación.
El problema no se ha resuelto con el sector A, porque, además, de la explicación doctrinaria política o el respeto a la democracia o procedimientos legales, no se ha detallado la doctrina económica.
El sistema doctrinario económico y el sistema doctrinario político son estructuras de cualquier sociedad y de las personas. Dichas estructuras no pueden faltar.
En tal sentido, no puede existir ambigüedad doctrinaria, ni en lo político, ni en lo económico.
En la campaña electoral el Humalismo eficazmente esclareció la doctrina política; respeto a la democracia, convenios suscritos, es decir, el estricto respeto a lo jurídico. Que se traduce en el aumento de respaldo a su candidatura por el sector B, la clase media y sus élites, políticos serios, intelectuales, etc.
En el sector A no ha ocurrido lo mismo. Su candidatura está lejos de lo bueno.
Conforme a la conducta del sector A, que se verifica en la historia, dicho sector social, además, de lo político, conocen sus derechos, expectativas, y defienden su estructura económica con denuedo.
Y además, no olvidemos la crítica de expertos doctores sentenciando en textos, que se constata en la historia, ciertas veces los del sector A sacrificaron la democracia por la estructura económica.
La doctrina económica es la existencia del sector A y lo desarrollan hábilmente su defensa.
En tal sentido, se hace necesario explicar la doctrina económica, complementando a la estructura política.
Pues, conforme a lo antes mencionado, después de las campañas electorales desarrolladas, no se tiene éxito respecto al sector A o clase media alta.
Explicación no necesario que su grupo lo desarrolle. Evitar el enfoque a su persona, por la imagen de favorito, la exposición, demostrando equipo, y por ampliar sus efectos, por prestigio. Lo pueden hacer aquellos que se denominan de izquierda superando la doctrina comunista.
El quid del problema es la ambigüedad respecto a la doctrina comunista o doctrina económica. Lo que interesa al sector A, antes explicado.
Pues, dicha doctrina comunista tiene de esencia la eliminación de la propiedad privada, precisamente la estructura económica del sector A, que lo amenaza, según su pensamiento y conducta objetiva que se verifica en todos los medios de comunicación, escrito o hablado y especializada bibliografía.
Dicha estrategia es éxito. Que existe en la evolución de la humanidad, China, consagrando el respeto a la propiedad privada en su Constitución; Bolivia, igualmente en su Constitución. La tendencia es que los países denominados comunistas consagran el respeto estructural a la propiedad privada; además, que, después de decenas de años y gobiernos, aplicando la doctrina del marxismo, no se ha logrado eliminar a la propiedad privada.
Es decir, el comunismo es un prejuicio. Inaplicable. Y en su grupo existen políticos criticados con dicha doctrina no negado.
Tenerlo en ambigüedad doctrinaria perjudica no solamente la evolución del movimiento izquierdista democrático, de la humanidad, y no superar simpatías en el sector A, que, además de la democracia, legítimamente, defienden su estructura económica, al igual que cualquier persona o grupo.
De no tener el respaldo, por lo menos, dicho grupo no respaldará, en el grado esperado, la antidemocracia o sus procedimientos de lid, guerra sucia u otros. A la espera del tiempo, que le dará la razón.

LEONIDAS M. BUSTAMANTE FIERRO                                                                                                             EL AUTOR